viernes, 28 de abril de 2017


En memoria de mi querida e inolvidable hermana... Ana María Lizárraga Álcaraz un día como hoy 28 de abril de 1937 nació a la vida terrena...y un 18 de agosto de 1998, nació a la vida eterna...segura estoy que descansa en la gloria eterna, fue una magnifica hija, hermana, madre y abuela...
...Entre brumas...ocaso de ensueño en La Paz...
LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA.
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“LA CASA TAPIADA...LA CASA DE LA AHORCADA...CASA DE MIS RECUERDOS”.


            ...Son muchos los espantados en esa mansión, por la calle Guillermo Prieto y Allende...la que hace algunos años luce tapiada...pues nunca nadie la ha podido habitar...y quienes han vivido en esa casa de la ahorcada no ha sido por mucho tiempo, ya que, espantados la han tenido que desalojar.

            Una hermosa tarde de lluvia, hace ya algún tiempo, llegué a visitar a mi cuñado, Don Vicente Dominguez, y a su apreciable familia, como es la costumbre; y un escándalo tenían entre sorbo y sorbo de café de grano acompañado de exquisitas galletas marineras...”fíjese mamá, que Angélica mi prima, (Estudiante normalista en ese tiempo), nos contó espantada lo que le sucedió en la casa de la ahorcada a cinco compañeras suyas...decía mi sobrina Magdalena, que hasta se ahogaba del susto y quienes la rodeábamos también, y añadió...resulta que estas muchachas radicaban en Ciudad Constitución y rentaron la casa de la ahorcada entre las cinco estudiantes...claro, que ellas no sabían nada de la leyenda que circula de boca en boca de la mencionada mansión...al llegar, dejaron sus maletas todavía en el porche, y tres de ellas se fueron a bailar al Rollo... se quedaron dos muchachas por que tenían que estudiar para el examen del día siguiente.

            La  pertinaz llovizna repiqueteaba en el techado, y entre truenos de rayos y centellas y aquellos aromas a café de granito, emocionados, con los ojos pelones, atentos, escuchábamos: “una de las muchachas tomó su libreta para estudiar y se metió al baño a hacer una necesidad biológica...y cuando mas adentrada estaba en la lectura, ¡que se le refleja en la libreta a la luz del foco la sombra de una persona ahorcada!, ella no comprendía de donde salía aquella sombra, pero al levantar la vista por poco se desmaya del susto ¡de la regadera pendía el cuerpo de una señora viejita ahorcada que ante su vista se desvaneció!. La joven salió espantada con las ropas menores hasta las rodillas gritando como una desquiciada... ¡hay una mujer ahorcada en el baño!, no quisieron saber más  y del porche recogieron las maletas y naturalmente que no habitaron la casa”.

            Al escuchar esta agradable y espeluznante conversación, tercié en la plática, y ratifiqué a mi sobrina que la muchacha no mentía, que es cierto que en la casa de la ahorcada se aparece la mujer colgada de una cuerda,  y se escuchan lamentos y arrastres de cadenas. Les voy a narrar mi propia experiencia cuando niña, y algunas de otras gentes que han vivido en la casa de la ahorcada. Corría el año de 1950 o 1951...felizmente vivíamos, además de mis padres y hermanos  con abuelita, mi perro viejo el pachuco y todo, en la casona de piedra gris de don Gelasio Aguilar y de Doña Margarita Vonborstel de Aguilar (q.e.p.d.) (bellos recuerdos), la casona en mención esta ubicada en Guillermo Prieto y Juarez, antaño era una hermosa huerta toda la manzana donde se cultivaban frutas, verduras y hortalizas y una diversidad de hermosas y perfumadas flores...también había ganado y grandes gallineros repletos de aves, así como porquerizas, pájaros cantores de todo tipo, gansos, patos y pavorreales y desde luego el molino de viento con su gran pila y sistema de riego que no podía faltar...el aroma a pan calientito de la panadería “la vencedora”, propiedad de don Gelasio, inundaba aquel ambiente familiar y vecinal...aquella tarde perfumada a tierra mojada pues había llovido bastante aquel día , después de la lluvia jugábamos todos los niños de la casona, y algunos amiguitos del barrio haciendo casitas y pasteles con la tierra mojada como antaño era la costumbre jugar a la tenue luz del foco del poste de la esquina donde estaba la casa amarilla de techo de cuatro aguas, de doña Nieves Prieto para ser exactos. De repente a mi hermanita mayor se le ocurrió que jugáramos a las escondidas y todos los chamacos corrimos a escondernos...mi hermana señaló para unos matorralitos que había en la banqueta donde es la casa de la ahorcada por la calle Guillermo Prieto poquito antes de llegar a la esquina de la calle Allende...muy calladitas nos agazapamos entre aquellos arbustos, pero de pronto, al levantar la vista vimos por una ventana de baño, que no tenia vidrio por cierto, a una viejecita colgada de la regadera, o seria viga quizás, pero ella estaba colgada. Quizás era una persona joven aun, pero a nosotros nos pareció viejita (antes las abuelitas de 40 años ya eran viejitas), se sentaban en una rechinadora poltrona, peinadas de molote y todo. Ahora, las abuelitas de esa edad son unas muchachas.

            ...¡Fue una experiencia que jamas he podido olvidar!...tenia la señora los ojos volteados y la lengua de fuera...imagínese estimado lector la impresión al ver aquello para unas niñas de escasos 7 y 9 años. ¡que íbamos a saber de espantos!, ni por un momento pensamos que fuera eso u otra cosa aquella escena...!armamos un escándalo!, ¡se ahorcó la viejita...se ahorcó la viejita!... acudió el vecindario y claro que ellos no vieron nada...mi madre nos pego una cintariza, y mi abuelita no se la acababa...recuerdo que decía mi mamá “diga que no es cierto” y ¡paz carajo! un cintarazo en las piernas y parecía una danza la que teníamos, mi mamá tirando cintarazos, el perro ladrando tratando de quitarle el cinto de las manos a mi mamá y nosotras dando vueltas diciendo “si, es verdad, si es verdad” y el pachuco saltando y ladrando tratando de quitarle el cinto a mi madre. Crecimos con esa incertidumbre sin comprender por que nos pegaban si nos habían enseñado a no mentir. Sepultamos en el arcón del recuerdo aquello; lo recordábamos como una cómica anécdota por nuestro comportamiento que brincábamos al tiempo que nos llovían los cintarazos y decíamos “si es verdad si es verdad” y mi mama decía “diga que no es cierto”. Y el perro en lo suyo.

            Al paso del tiempo, todo ha sido como una leyenda. Investigando aquí y allá, me he enterado de mucha experiencia vivida en esa casa por muchas personas...pero ellas, me han pedido que no publique sus nombres, lo cual se los respeto. Dicen  que por la década de los años 30 una señora (no voy a publicar sus nombres por respeto a sus familiares si es que existen), según se cree que se suicido, ahorcándose de la regadera del baño. Unos dicen que estaba afectada de los nervios; otros dicen que por robarle la asesinaron y que hubo hasta una persona muy allegada a ella detenida en la cárcel por sospecha. Lo cierto es que esta persona se ahorco y se aparece en la casona. La casa la rentaban sus dueños, pero luego se escuchaban cosas raras que no podían habitarla. Una amiga muy querida de la señora Ahorcada, cuenta que Elena, así se llamaba, era muy feliz en su casa...tenía una hermosa huerta donde abundaban los árboles frutales  y un hermoso jardín inundado de una diversidad de flores, pavorreales, y muchos pájaros cantores. Y dice, que ella le contaba que nunca se iba a ir de su casa, que siempre iba a estar en ella, porque era muy feliz y la quería tanto.

            Un vecino de la casa en mención dice que él no quiere voltear para adentro de la misma, que respeta lo que se dice y que no se quiere arriesgar; que por las noches se escucha detrás de la barda como si viviera gente en esta casa, y también  cacareos de gallinas se escuchan como si anduvieran barriendo, como si lavaran los trastes, en fin que se siente que estuviera habitada. Añade este respetable señor, que hubo un tiempo en que los dueños de la casa la regalaban a quien pudiera habitarla y fueron muchos los que lo intentaron, pero salían espantados. Dice el mismo señor que hubo un caso muy curioso, que un día llego un señor, de esos valentones que no faltan, y dijo “hay que tenerle miedo a los vivos, no a los muertos, vera usted como yo si me voy a quedar con esta casa, que ahorcados ni que ocho cuartos” y si, el señor se cambió a la casa, muy contento se miraba que la arreglaba y todo parecía normal, pasaron varios días y hasta pensó, “este ya se quedó”. Pero como a la semana, de repente salió el señor en su pick up en reversa despavorido, que hasta el árbol de la banqueta de enfrente tumbó...él fue el último que vivió allí. Le pregunté pues que paso, “fíjese, me dijo aterrorizado, estaba parado en una silla clavando en la pared un cuadro, cuando de pronto me golpearon las corvas o me hicieron el “soldadito”, así como una zancadilla y caí al suelo de rodillas, pero al levantarme y a alzar la vista, ¡voy viendo la mujer colgada en el baño, yo no quiero esa casa!”. Desde entonces los dueños tuvieron que tapiar la casa. Dice este mismo señor que el acostumbra a pasear a su nieta por esa banqueta pero a temprana hora y sin voltear para adentro de la casa por aquello, pues no tengo ningún negocio en ella. Y una tarde venían tres jóvenes estudiantes por la banqueta de enfrente y me quedaban de frente, de pronto los muchachos corrieron espantados gritando, ¡señor!...!señor la mujer vestida de blanco que le acompañaba desapareció ante nuestros ojos! La cosa es que yo no traía ninguna mujer que me acompañara, solo los jóvenes la vieron y desde entonces, por si las dudas, le rodeo la banqueta. Por su parte Don Oscar Amaya del barrio “la pedrada”, dice que en esa casa de la ahorcada vivió un señor que se dedicaba a la costura, pero que se tuvo que salir espantado, porque fueron varias las veces que vio a la mujer caminando por la casa y el patio con el chicote arrastrado amarrado del cuello.

            ...Por la casa tapiada de la ahorcada mas vale que pases persignada...por que en cualquier momento puedes ver a la mujer colgada...

            Aquí en La Paz, existen muchas casonas antiguas que encierran bonitas leyenda de aparecidos y tesoros...pero, como yo escribo de noche, como que me da cus cus escribir sobre estos temas tan apasionantes, pero lo haré de vez en cuando.

Este articulo fue publicado hace mas de 20 años.


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LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA.

LAS FUNDACIONES DE LA PAZ... DESPUES QUE FORTUN JIMENEZ POR ACCIDENTE LA DESCUBRIO.

  • El 3 de Mayo de 1535…Hernán Cortés levantó acta de posesión de esta tierra, para la corona de España y le puso por nombre “Santa Cruz”, por ser el día festivo, después de que Fortún Jiménez la descubrió por accidente en 1534.
  • En 1596 el Gral. Sebastián Vizcaíno le dio por nombre La Paz, por las muestras de paz con que le recibieron los naturales.

            El origen del nombre de esta tierra está envuelto en la historia y la leyenda...los libros de caballería hablaban de una isla llamada California, llena de riquezas donde abundaba el oro, la plata y las perlas...gobernada por la reina Calafía...”las sergas de esplandían”. Libro de Gorci Ordoñez de Montalvo. Sergas equivale a hazañas y esplandian, el nombre de un legendario caballero que fue prisionero de la reina Calafía...la isla california fue afanosamente buscada por los aventureros. Con relación al descubrimiento de la península, algunos investigadores afirman que en 1527, Alvaro Saavedra Cerón, fue el primero en divisar sus costas, pero no desembarco en ellas. Aquella mañana del año de 1534, en que jubilosos los californios disfrutaban las tranquilas aguas de la bahía de La Paz, con sus mujeres e hijos, entre las crestas del oleaje, una latente amenaza se vislumbraba en la lejanía del mar; apuntaban algo blanco que no eran las aves del cielo que estaban acostumbrados a contemplar...era el velaje de una embarcación para ellos desconocida...conducida por el primer hombre blanco que hollaba las blancas arenas. Fortun Jiménez, quien después de asesinar a Becerra, acompañado de 37 hombres más se acercaba a sus dominios, era el principio del exterminio de esa raza excepcional que habían sobrevivido por milenios ante todos los embates e inclemencia del tiempo, pero no estaban preparados para hacerle frente a la ambición, a la lujuria, al odio y a las enfermedades que introdujeron los extranjeros para acabar con ellos y saquear de estas tierras todas sus riquezas.

            Fortun Jiménez, y la horda de desalmados que le acompañaban, después de dar muerte a Diego de Becerra, las embravecidas olas los arrojaron por accidente a esta hermosa bahía de La Paz...y al arribar quedaron extasiados con las perlas y mujeres californias semidesnudas, a las que intentaron violar, pagando con su vida 20 hombres tal osadía entre ellos Fortun Jiménez; salvándose como pudieron 18 tripulantes, entre ellos el joven marinero Francisco Preciado quien llevó las noticias a la Nueva España, de la Isla de las Perlas.
            Hernán Cortés, después de confirmar con los 18 sobrevivientes de la matanza a manos de los indígenas en la isla de las perlas entre ellos, Francisco Preciado, de que la isla de las perlas era una realidad y no una leyenda, decidió continuar con los descubrimientos y mando construir 3 embarcaciones en Tehuantepec (sic) los que despachó a las costas de Sinaloa, pues  él se fue por tierra para luego verse en Chametla a principios de 1535. El ambicioso y cruel Cortés tenía la intención de colonizar las tierras de que daban razón los hombres que habían acompañado a Jiménez. Reclutó a 300 gentes, algunos con su familia, entre ellos 37 mujeres, 130 caballos, y otros ganados citándolos en Chametla donde los recogería, cosa que nunca sucedió.

Cortés se embarcó hacia la península en el mes de abril de 1535, llevando 100 hombres, entre los que iban 2 sujetos que habían escapado de la matanza en La Paz el año  anterior, lo que facilitó la travesía y la localización del sitio dónde murió Fortún Jiménez a manos de los indígenas. Los antiguos californios escondidos entre los manglares miraban recelosos las embarcaciones que se acercaban nuevamente hacia ellos...aun quedaba fresco el recuerdo de los acontecimientos anteriores que quisieron violar a sus mujeres y habían pagado con su vida 20 hombres blancos y escapado otros tantos. Aquel 3 de mayo de 1535 desde su escondite vio el desembarco de hombres barbados de extraños ropajes y armas de fuego. Cortéz se paseaba de un lado a otro levantado arena y golpeando con su espada ciertos árboles que allí había, mientras que el escribano  Miguel de Castro levantaba el acta oficial correspondiente a nombre su majestad de la tierra “nuevamente descubierta”. La que le dio el nombre de “Santa Cruz”, por ser ése el día festivo  Instalados en Santa Cruz Cortéz fue en busca de las tres embarcaciones y de la gente que dejó en Chametla, pero con tan mala suerte que dos navíos naufragaron perdiéndose en el mar. Cuándo Cortéz con miles de trabajo regresó a Santa Cruz, encontró a la mayor parte de la gente muerta por hambre, según se dice, por falta de víveres (que raro está esto, si había tanto que comer en el mar y que cazar en los campos, lo más lógico es que los mataron los californios), y otras tantas gentes murieron de hartura de las provisiones que llevó Cortés.
            En Santa Cruz, ahora La Paz, construyeron cabañas de tronco de palma para los colonos y una iglesia pero la situación era muy difícil para los españoles y después de tantos infortunios y fracasos en California, Cortés regreso a México dejando en Santa Cruz al frente a Francisco de Ulloa quién al poco tiempo se marchó por órdenes del Virrey Mendoza llevando a la gente que quedaba a Acapulco. En ésta empresa gastó Cortés toda una fortuna sin más premio que algunas perlas, entre ellas una que fue valuadas en 5.000 ducados. Fue así como ésta fundación de la Santa Cruz, si es que puede llamarse fundación, fue abandonada por más de 60 años….







            LA SEGUNDA FUNDACION DE LA PAZ FUE EN 1596 POR SEBASTIAN VIZCAINO QUIEN DIO POR NOMBRE A ESTA BENDITA TIERRA DE DIOS “LA PAZ”, por las muestras de paz con que los recibieron los naturales.
            Hubo muchos intentos por conquistar la península, pero todos fracasaban...era la perla mas bella codiciada por Todos...en 1565 se inauguró la línea marítima Manila Acapulco por el Fraile Agustino Andrés de Undaneta. Desde esa fecha más de 1,000 barcos surcaron los mares durante 250 años...la ruta corría de Manila a las costas de América hasta la altura de los 40 grados y descendía hasta los litorales de la nueva España para terminar en Acapulco...la famosa Nao de China era toda una leyenda en el comercio transoceánico...era la bujía del intercambio comercial de América y los países de Oriente. “La Aguada segura” se llamaba San José del Cabo, después de navegar por más de seis meses la Nao de Filipinas, se abastecía en el estero de agua dulce...feroces piratas merodeaban la Península como Drake, Cronwell, Tomás de Cobendíck, entre otros, que asolaban el Golfo de California asaltando los galeones españoles y la misma Nao de China. En 1596 el célebre navegante General Sebastián Vizcaino salió del puerto de Acapulco rumbo a la península de California en tres bajeles, los acompañaban cinco religiosos Franciscanos y llevaban bastantes provisiones.
            Vizcaino y su gente desembarco en la antigua Santa Cruz, nombre que cambio por el de La Paz, por las manifestaciones de paz con que fueron recibidos por los naturales. Construyeron iglesias, y casas para los religiosos, soldados y marinos. Empezaron desde el principio a celebrar la misa a la que acudían los indígenas llenos de admiración y sin ningún temor quienes les llevaban a los españoles pescados, frutas, semillas, conejos y perlas. Con el ritual acostumbrado Vizcaino tomo posesión nuevamente de la tierra, la que se creía una isla, declarando aquel punto la capital de la tierra por él conquistada. Durante el tiempo que Vizcaino estuvo en La Paz se estrecharon las relaciones con los indígenas a quiénes dieron los frailes instrucción rudimentaria en materia religiosa, especialmente a los niños. Fue tanto el aprecio e interés de los aborígenes por los padres, que les pidieron que se quedaran para siempre y que se fueran los soldados por que sentían gran celo cuando se acercaban con sus mujeres.
            Todavía existía el trazo en los árboles, de la plaza de armas hecho por Hernán Cortéz hacía más de 60 años y algunas herramientas por el dejadas que conservaban los Californios; lo que sorprendió a los españoles. También quedaron admirados de la variedad y abundancia de pescado y que los indígenas fueran capaces de cogerlos con la mano; de la gran cantidad de conejos, coyotes y venados entre otros animales de caza por ellos conocidos, la magnitud de árboles buenos para construir barcos, y observaron que llovía en Octubre y que el clima era bueno; las aguas del mar eran cristalinas y se miraban a simple vista las ostras perleras y los indígenas eran de elevada estatura de muy buen carácter, y sacaban con gran facilidad las perlas para adornarse con ellas. Dos meses estuvo Vizcaino en La Paz. Parece que vino únicamente a darle el nombre para dejarnos esa herencia. Por falta de víveres levo  anclas rumbo a Acapulco, dejando un pueblo fundado, según el profesor Manuel Torre Iglesias, en su libro “Sudcalifornia en la historia y la leyenda”, dice que Vizcaino regresó en 1602 reforzando la colonia con un médico cirujano, un fraile franciscano especialista en agricultura, doce caballos, diez burros de carga, personal y ganado utilizado en los primeros ensayos agrícolas, según se desprende del memorial de Vizcaino con estas palabras: “AL SUR DE LA SANTA CRUZ Y DEL HONDON DE LA BAHIA ABRIMOS PUERTAS EN TERRENOS BLANDOS Y MEJORES QUE NOS DIERON MUCHO FORRAJE PARA ALIMENTAR EL GANADO Y VERDURAS PARA LOS SOLDADOS”; y según se desprende ese lugar corresponde a Chametla.

            Y luego asienta, en el memorial enviado al Virrey Gaspar de Zúñiga, Conde de Monterrey, el 30 de diciembre de 1596 y dice “Después de mi arribo a la bahía de Santa Cruz el 23 de diciembre el presente año, en cuyos lugares hallé gente pacífica y de buen trato, procedía a fundar el fuerte y poblado; y con el trabajo de cien hombres de las tripulaciones levanté los muros de las fortalezas capaz hasta para quinientos soldados; los padres franciscanos me ayudaron a reducir a los naturales que no opusieron resistencia. Ante los bautizamos y nos sirvieron de guía para dar con las perlas de que tan notorios augurios trajimos empeñados. Alrededor del fuerte levantamos pequeñas casas donde se acomodaron los principales indígenas que eran respetados por sus tribus y que pronto se hicieron allegados y confidentes de los padres de San Francisco. Cuando abandoné estas tierras, mediado este año, ya vivían en torno al castillo como doscientos naturales de este lugar de los cuales nos proveímos de madre y alimento para la guarnición”. De lo expuesto dice el maestro Torre Iglesias, rigurosamente histórico resulta que Sebastián Vizcaino fundó La Paz en 1596 construyendo un presidio o castillo y viviendas para el pueblo al que los frailes franciscanos con su tino característico y su desinterés conquistaron espiritualmente. Continua diciendo el historiador Torre Iglesias que en 1616 el marino Vasco Juan Iturbe estuvo en La Paz en la que dejo 20 vacas y quince caballos a cambio de perlas y oro. En 1632 el marino Francisco de Ortega también estuvo aquí y dejó a cambio de perlas 30 mosquetes y municiones.         
            TERCERA FUNDACION DE LA PAZ EL 5 DE ABRIL DE 1683, después de 74 días de navegación, el almirante Isidro de Atóndo y Antillón llegó a La Paz con una flotilla compuesta de tres navíos acompañados de los Jesuitas Matías Goñi y Eusebio Francisco Kino, F.R. José Guijón y de los capitanes de mar y guerra D. Francisco de Perera y Arce, Don Blas de Guzmán y Córdoba, Alférez Martín de Verastegui y 24 soldados más, todos con sus armas saltaron a tierra con un estandarte carmesí con la imagen de Nuestra señora de los remedios por un lado y por otro las armas reales de su majestad. Dieron gracias a Dios y hallaron agua dulce que fluía bastante agua y un palmar como de 200 palmas. El general ordenó cortar una palma y que se labrase e hiciera una cruz la que fue colocada en un cerrito como a un tiro de arcabuz de la orilla del mar. Estando toda la gente presente el alférez tremolo tres veces el estandarte y repitiendo todos ¡VIVA CARLOS II MONARCA DE LAS ESPAÑAS NUESTRO REY Y SEÑOR NATURAL!! Y nombró a La Paz Provincia de la Santísima Trinidad de las Californias, ordenando el almirante que se colocara el estandarte bajo una palma y el cuerpo de guardia, nombrando a éste paraje Nuestra Señora de La Paz.
            Los naturales al ver que los españoles levantaban casas se molestaron y empezaron las hostilidades. Ellos ya se habían acostumbrado a que otras embarcaciones venían y sacaban sus perlas y luego se iban...el 16 de julio de aquel año, Antillón acribilló a los principales cabecillas de los indígenas con resultados gravísimos. De ahí en adelante los indígenas no dejaron tranquilos a los blancos declarándoles una guerra sin cuartel, lo que obligó al almirante levar anclas a fines de junio en busca de otro lugar apropiado para fundar una colonia. Después de recorrer las islas, el 06 de octubre Atóndo y Antillón desembarco con su gente en San Bruno en un cayado que dominaba un pequeño valle en el fondo del cual corría un arroyuelo que en tiempos de lluvia dejaba humedad para levantar siembra. Levantaron el real y dentro de la iglesia, primera misión construida en Baja California Sur, y el padre Francisco Kino el primero en sembrar semillas diversas calando la tierra para la agricultura, y era buena; pero no fructifico por la sequía tan grande que duro 18 meses.





            CUARTA FUNDACION DE LA PAZ   EN 1720 POR EL PADRE JUAN DE UGARTE Y JAIME BRAVO CON LA CONSTRUCCION DE LA MISION DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR DE LA PAZ.

            El padre Juan María de Salvatierra llegó a la península en octubre de 1697, y fundó la misión de Loreto entre otras. La Paz, por la hostilidad de los Guaycuras y la rivalidad con los indígenas de Loreto, no se podía colonizar. “Esta empresa, dijo Salvatierra es para el apóstol Juan de Ugárte.” Fue hasta 1720 que el Padre Juan de Ugarte que construyó la primera embarcación “El Triunfo de la Santa Cruz” con maderas de la región, “el güéribo”, la boto al agua, y salió a inspeccionar La Paz, fundando la misión mencionada. Quedaron al frente de ella los Padres; Jaime Bravo, de 1720-1728; William Gordon, de 1730-1734; Segismundo Taraval, 1736. La hostilidad de los indios de la región culminando en una rebelión general en Septiembre de 1734, forzó a Gordon a refugiarse en la isla Espíritu Santo; causando su abandono el 1935, restablecida en 1736. Su uso fue ocasional y las epidemias de 1742 a 1748 redujeron la población indígena motivando su abandono permanente en 1749.  Lo que quedó de la misión de nuestra señora de La Paz, la derrumbó un ciclón en 1838. Y en 1868, fue levantada nuevamente hasta nuestros días por el obispo Francisco Escalante, y sus restos mortales descansan en el Santísimo en la parroquia de nuestra señora de La Paz, así como también los restos del venerable apóstol de cristo en la tierra padre Jordani Nana .
            QUINTA FUNDACION DE LA PAZ,
            Fue por el soldado Juan Manuel Espinosa que habitaba la casa de su majestad que estaba donde es ahora el palacio Municipal, la función de éste soldado era evitar que se asentaran otras personas, y proveer de agua y otros auxilios a las embarcaciones que pasaban por la bahía. Pero esto no dio los resultados que se esperaban y por los años de 1823, permitieron las autoridades de la época encabezada por Don José Manuel Ruiz primer gobernador de sudcalifornia después del gobierno español que se empezara a poblar La Paz. De ahí empezó su desarrollo y don Antonio Ruffo Battaglia, de oficio panadero, ya surcaba estos mares en su barco El San Antonio, ejerciendo el comercio marítimo, el apellido Ruffo está fundido en la historia y en la piel de esta península.
…Y los galeones piratas surcaban los mares queriendo poseer la perla más bella y preciada… Sudcalifornia…

Este articulo fue publicado hace más de 20 años.


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sábado, 22 de abril de 2017


...El Zalate o higo silvestre...Excelente alimento de los antiguos californios...
LA PAZ...Y SUS LEYENDAS.
POR MANUELITA LIZARRAGA

“LA ANIMITA...HISTORIA Y LEYENDA QUE SE CONFUNDEN...UNA TUMBA QUE FUE Y ES  VENERADA POR LOS SUDCALIFORNIANOS. “




  • Miguel Manríquez fue su nombre del niño Mártir.
  • Concedía la salud a los enfermos… y quienes les correspondían con mandas.
  • Los estudiantes le piden que los ayude en sus compromisos escolares y le corresponden con veladoras o flores o una oración.
  • Visita la capillita y retoma esa tradición que se pierde en el tiempo y en el olvido.


            Es lamentable el estado de abandono y destrucción en que se encuentra el edificio de la “animita”, siendo que esta tumba abandonada, y desconocida, fue motivo de veneración y tradición en los habitantes de aquella Paz de antaño, y sigue siendo de algunas personas de sienes plateadas en la actualidad, que aún guardan fe y respeto por esa costumbre y jóvenes también, ya que para ningún sudcaliforniano de aquella época es desconocida la historia de la animita. Al penetrar a sus instalaciones, esa cálida tarde de verano y al tener ante mis ojos el feo y pestilente espectáculo, con profunda tristeza cabalgaron como en una película los recuerdos en mi mente, trasladándome hasta aquella casita llena de amor, de amplios y frescos corredores arropados de perfumadas enredaderas, de encaladas hornillas y crepitantes tizones, y entre humos y exquisitos aromas, el bello rostro de mi madre.

            Evocando el añorado ayer, cuando tenía apenas ocho añitos, recuerdo...“don Chavalito, que dice mi nanita que le venda un milagrito de plata; que sea una manita, porque el lunes va a ir a la animita a pagar una manda. Ya sanó de su mano”. ¡Qué tiempos!. Jubilosa corría por el malecón con el preciado milagro que colgarían en la animita. ¡Que emoción!, sería una gran experiencia el ir a la animita a pagar sus mandas.... Con cuanto fervor la abuela y demás gente, algunas vestidas con hábitos del sagrado corazón de Jesús, del santo niño de Atocha, de San Blas, o del señor San José, asistían los lunes a llevar veladoras, flores y milagros. La animita estaba en las afueras de la ciudad, en el cruce del camino, donde está ahora el primer semáforo en 5 de febrero y Félix Ortega. Era un humilde promontorio de tierra con una cruz y sin nombre; “el anima sola”, le decían también. La tumba estaba cercada con rejitas pintadas de azul, y siempre tenía veladoras prendidas y artísticos arreglos florales.

            Lo curioso de esto, es que la tumba tenía muchos milagros de oro y plata encajados en la cruz y nadie se los robaba. Había mucho respeto por esas cosas sagradas. A la luz de los candiles, en aquellas añoradas tardes lluviosas, mientras tomábamos café de grano con galleta marinera, contaban los antiguos, entre otras muchas leyendas, la de la animita. Unos decían que en esa tumba descansaba un niño mártir que dio la vida por su padre, al que acusaban de cuatrero, ya que este señor era tanta su necesidad que se vio obligado a robar una vaca para darle de comer a su numerosa familia. Por tal motivo, las autoridades de la época aplicaron la ley, según ellos, y lo sentenciaron a morir ahorcado. Y su hijo, que era apenas un adolescente, suplicando les pidió que no mataran a su padre, porque les hacía falta a su madre y hermanitos. Que mejor lo mataran a él, que daba su vida por su padre.

            Y cuenta la leyenda que aquellos chacales no se tentaron el corazón al ver al niño, y lo colgaron en un gran árbol de palo verde que había en el cruce de esos caminos. Y dicen que el cadáver del adolescente, estuvo colgado por tres días, meciéndose grotescamente para escarmiento de los cuatreros. Doña Dominga G de Amao, ameritada periodista y escritora, dijo que al niño mártir lo arrastraron por el pueblo, y después lo colgaron en el árbol, y que las autoridades de entonces no permitieron que se les diera sepultura, que debía quedar colgado para que se lo comieran los animales, so pena de muerte para el que desobedeciera la orden; pero que un primo de Miguelito que vivía en San Antonio, al que le decían “El Güero”; vino en la madrugada, lo bajó y sepultó en la tumba sobre otro cuerpo que ya estaba ahí, para que no se notara, que en realidad había dos cuerpos en esa tumbita.


Otra versión es que en la época de la Revolución, promovida por el Ilustre general Don Félix Ortega gobernaban el territorio de Baja  California Sur, jefes políticos, y las discordias y las hostilidades estaban a la orden del día. Unos eran fusilados, y otros eran desterrados en las famosas “cuerdas”, junto con sus más cercanos colaboradores y hasta con todo y familias. En una ocasión, entre los que iban en la cuerda de los desterrados le tocó a un señor llamado Miguel Manríquez. Y cuando el barco estaba de salida para llevarlo muy lejos, dejando esposa e hijos, de pronto dos jóvenes llegaron al muelle fiscal, y lograron meterse al barco ‘El Bonita”; era su hijo Miguel, acompañado de un amigo quien quería despedirse de su padre, porque tal vez jamás lo volvería a ver. Y los guardias que en todo miraban espías, se echaron sobre ellos, deseosos de venganza; y los acusaron de rebeldes. Los jóvenes fueron martirizados con el objetivo de sacarle alguna información y al no conseguir nada, porque no la había, ya que se dice que el señor era inocente, sacaron a Miguelito, lo arrastraron por las orillas de los montes, donde le dieron cruel muerte y fue sepultado en el cruce de los polvorientos caminos, quedando perdida la tumba, entre los matorrales. Que por eso le decían el ánima sola o animita.

            La gente, consternada por el martirio de aquel niño que murió por su padre y que estaba su tumba abandonada en aquellas soledades y caminos reales, le empezó a rendir veneración y a atribuirle milagros; sobre todo, cuando pedían por la salud de los niños y al sanar éstos, la manda consistía en rezarle y llevarle durante nueve lunes veladoras y flores. Los estudiantes secundarianos, también le pedían a la animita, que les ayudara a salir bien en los exámenes, y se lo cumplía, y en pago al favor recibido, le prendían veladora y le rezaban. La animita, primero fue un promontorio de tierra lleno de veladoras encendidas, cubierta su cruz  de milagros,  y siempre tenía flores frescas o de lámina. Luego, al tiempo, estuvo cercada de rejitas de madera pintadas de azul. Después, alguien le mandó construir una sencilla lápida. Y se dice que una caritativa dama, agradecida por el favor recibido, al sacarse la lotería le mandó edificar su capillita, donde la gente acudía llena de fervor.

            Decían también los mayores, que en el palo verde donde colgaron a Miguelito, el que estuvo por mucho tiempo, fueron varios los espantados al escuchar el chirriar de la cuerda que se mecía con el viento. Otros contaban que en el cruce de esos caminos escuchaban que lloraba lastimeramente un niño, perdiéndose el llanto entre el viento y el monte. Lo cierto es, que la animita, fue un punto de referencia y de veneración para el pueblo sudcaliforniano y está en el más completo abandono.

            Antaño, el cuerpo inerte del niño mártir que dio la vida por su padre...pendía grotescamente de aquel frondoso árbol a la veda del camino...la gente consternada por el brutal ahorcamiento, en procesión le llevaban milagros, veladoras y flores...una costumbre y falta de fe, que al paso del tiempo se perdió...quedando la animita en la leyenda.



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LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA.

“POR TRADICION...EL DIA DEL NIÑO SE FESTEJABA Y SE FESTEJA CON PASEO A LA PLAYA”.

·        ¡Es evocador recordar aquellos días del niño!....
·        No era costumbre el regalo.
·        Lo máximo para el niño era el festejo con paseo a las hermosas playas de blancas arenas y cristalinas aguas de la bahía de La Paz.
·        Desde luego...cuando las playas las disfrutaban las familias sudcalifornianas.
·        Este 30 de Abril, me hizo recordar que alguna vez...también yo fui niña.
·        Es recordar a mi sabia e ilustrativa abuela, su jarro de los remedios, mi perro viejo “El pachuco”, y mi muñeca de trapo, con todas sus vivencias en esta bendita tierra de Dios.
·        Es recordar que también fui niña y me encantaba treparme a los mezquites para comerme las gomas, así como las semillitas de Palo verde.
·        Es recordar aquel añorado hogar de encaladas hornillas y lumbreantes tizones.
·        Es recordar aquellas vivencias cotidianas familiares alrededor de un pecho de caguama asándose al aire.
·        Es recordar que alguna vez también yo fui niña...es evocar el pasado y comparar el presente.
·        Es recordar aquellos guarachitos pintados con monitos, y mis dedos gordos de los pies reventados por los tropezones, los que me curaban con un chorro de petróleo lila.
·        Es recordar aquella Paz de antaño...que fue: la ciudad de las flores...la ciudad de los molinos de viento...de las perlas...del oro y plata, de la Marina mercante...de la pesca...de la agricultura, comercio y ganadería, de la música y el romance...un paraíso terrenal donde sin mucho esfuerzo nomás con estirar la mano además de tranquilidad, todo teníamos.
·        Es recordar, como dice mi prima Haydeé, había mucho dinero en La Paz, pero no había que comprar en cuanto a comodidades materiales....lavadoras, refrigeradores, estufas de gas, abanicos, incluso muebles...para acabar pronto, dijo, ni bancos había; pero la vida era muy bonita, y ahora lo es mucho más con tantas comodidades y progreso.
·        La Paz, que bella es, La Paz.


El 30 de Abril de 1924 se instituyó en nuestro país el festejo del día del niño, promovido por la señorita Eglantine Jeff, fundadora de la Unión Internacional para el Bienestar del Niño y de la Caja Británica de Ayuda al Niño. Según la declaración de Ginebra, se consideraron los derechos del niño acordándose festejar en cada país el día del niño, un día determinado del año. Y según vía Internet de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del adolescente en 1954, en la Asamblea General de la ONU se aprobó una resolución a través del cual, se establecía el día universal del niño; con el fin de promover anualmente un día consagrado a la fraternidad y entendimiento entre los niños y niñas del mundo entero. El organismo encargado para desarrollas ese proyecto fue la UNICEF.

Lo cierto es que entrevistada varias personas de la tercera edad que ya tienen poco más de 70 años, dicen que los recuerdos entre otros muy hermosos de su niñez es el festejo en la escuela del día del niño, porque era inolvidable...lo festejaban con un bonito paseo a las hermosas playas a la bahía de La Paz...era lo máximo para los niños de aquella época, ese sano esparcimiento en las cristalinas aguas y blancas arenas atascadas todavía de cangrejos, caracoles y conchitas....pero eso fue cuando las playas eran para disfrute gratuito de las familias sudcalifornianas, dicen suspirando.

¡Pero como no recordar el día del niño, si también yo alguna vez fui niña...una inquieta y feliz niña que al igual que las niñas de mi época y que ahora peinan canas, jugaban a la cuerda, la matatena, a la peregrina, a los encantados, las escondidas, a los colores, la víbora de la Mar, entre tantos otros juegos que permitía la convivencia al aire libre con los demás niños...además jalaba agua del pozo y hachaba la leña, entre canto y canto así como nadaba y buceaba los callo de hacha, los que abundaban allí en el palmar  y en toda la bahía de La Paz....es para llorar...están nítidos en mi mente los recuerdos como si fuera ayer...y cabalgan como en una película, como corceles desbocados...mi mente empuja mi mano, y la pluma va plasmando lo que el pensamiento y el corazón van dictando...!que felicidad la víspera del 30 de abril, día del niño!.

En aquellos ayeres, en aquel añorado hogar...era lo más grandioso para mí y mis hermanos...mi madre preparaba el lonche que llevaríamos a ese día tan esperado durante todo el año...el paseo a la playa el día del niño, ofrecido por nuestros maestros....nunca se nos explicaba por qué era día del niño y yo creo que hasta la fecha pocos lo saben....pero lo importante era que iríamos al palmar todos los grupos de alumnos de la escuela acompañados de nuestros queridos y muy respetados profesores....!que felicidad!....en una bolsa de papel estraza llevaba dos “campesinas”, preparadas por mi madre y una “Vita”, las campesinas, eran lo que ahora son las tortas, y consistía en un trozo de carne ricamente preparada metida en una cemita embarrada del mantequilla con repollo, tomate y cebolla, sabían tan exquisitas....o a veces eran de huevo con chorizo o de frijol refrito con queso, pero la comida era lo de menos, lo importante era que conviviríamos alumnos y maestros en la playa.

Lo curioso es que vivíamos casi metidas en el mar todos los días, y no debía ser novedad para mí....pero el paseo del día del niño tan largamente esperado para mí era fantástico, nada se comparaba con salir todo el grupo de mi añorada escuelita “Rosendo Robles”, “La Chango Robles”, de gratos recuerdos, guiados por los queridos e inolvidables maestros....una polvareda llevábamos por el arroyo cinco de febrero, todo aquel muchacherío los que al llegar al palmar, ya íbamos tirando trapos en el camino y todos nos aventábamos al agua bajo la vigilante mirada de los profesores quienes celosos custodiaban las canastas de tamales y refrescos ofrecidos por ellos, así como los lonches preparados por nuestras madres; y las niñas felices nos bañábamos en refajo, y había quienes se metían hasta con vestido y zapatos del gusto que sentían....y los niños se bañaban en pantalón a media pierna....y que felicidad después de un rato metidos en el agua, nos dábamos el gran banquete bajo las palmeras, salíamos con los talones cortados por las hachas, pero eso que importaba, ¿quién nos quitaba los bailado?...así se festejaba el día del niño en la escuela con paseo a la playa ofrecido por los maestros.

La felicidad de los niños no depende de un solo día en que se festeja, es una tarea cotidiana que compromete. Ofrecerle paz, atención, amor  y armonía a un niño es el mejor regalo que se le puede dar... ¡Feliz día del niño!
…Por las tranquilas aguas de la hermosa bahía de La Paz…La barca con su cargamento humano rompía las olas a canalete y vela tendida…


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LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA

“MAESTRA EMERITA...CONCEPCION CASILLAS SEGUAME...A 131 ANIVERSARIOS DE SU NATALICIO”.


            Para conocimiento de las actuales generaciones, dedico como un sentido homenaje esta semblanza, con motivo de su 131 aniversario de su natalicio, de la ilustre sudcaliforniana profesora Concepción Casillas Seguame, quien dedicó toda su vida a impulsar la educación enarbolando la antorcha del conocimiento, valores y superación en las juventudes, fundando escuelas primarias y superiores, donde se formaron generaciones de profesionistas que han contribuido al impulso del desarrollo de nuestro Estado de Baja California Sur. La Paz estaba en crecimiento en el siglo antepasado...hermosos edificios coloniales se iban erigiendo...la catedral de Nuestra Señora de La Paz estaba en sus inicios, y lucía sin torres...gobernaba el Distrito Sur el General Rangel...la vida transcurría lentamente entre sobresaltos y movimientos políticos...en el hogar formado por don Apolonio Casillas y Jesús Seguame, ubicado a un lado del antiguo palacio de Gobierno, en Madero e Independencia donde es ahora una prestigiada farmacia, la cálida mañana del 26 de abril de 1886, el fuerte llanto de una robusta niña rompió el silencio y la monotonía, naciendo a la vida entre las morenas manos de la comadrona del pueblo, inundando de dicha el corazón de sus padres a quien por nombre pusieron Concepción; y ante la alegría también de sus hermanos Refugio, Rafael, José, Soledad y Manuel.

            Conchita fue bautizada en la parroquia de Nuestra Señora de La paz, siendo su madrina su hermana mayor, Refugio. Los primeros años de su infancia conchita los vivió en La Paz entre aquellos aromas a exquisito pan, ya que su padre don Apolonio Casillas era de oficio panadero, y tenía su propia panadería a un lado de su hogar, en aquella Paz, de las perlas, del emporio minero, de huertos y molinos de viento. Su madrina Refugio Casillas de Villarino, se fue a vivir a la heroica Mulegé, tierra de bragados hombres que defendieron la península en la invasión extranjera sufrida en 1847. En esa histórica tierra conchita cursó sus estudios primarios. Por asuntos de trabajo del esposo de su madrina, se trasladaron a la ciudad de Hermosillo donde vivieron por algún tiempo, y donde conchita continuó preparándose. Latía en su alma la vocación de maestra. Al enviudar su hermana y madrina se vinieron a vivir a La Paz, a inicios del siglo pasado. Era la época del porfiriato de tristes recuerdos, en 1904. Sus padres compraron el terreno en 5 de mayo 416, el que antes fue el numero 39, donde edificaron la casa familiar de dos plantas, y donde vivió conchita toda su vida. También el teatro cine Juarez estaba en sus inicios, así como el antiguo palacio Municipal construido por el ing. Cartógrafo don Alfredo Sabin Cota

            En ese mismo año de 1904, el primero de julio, en reconocimiento a su capacidad, dedicación y esfuerzo, la señorita Conchita recibe el nombramiento de ayudante de escuela primaria superior con grupo elemental, iniciándose así su carrera en el magisterio, demostrando sus dotes y vocación de maestra. Y al término de tres años le otorgan el nombramiento de curso superior, cursos instituidos en 1912 a iniciativa del entonces Presidente de la República Mexicana  don Francisco Indalecio Madero. En ese mismo año de 1912, la profesora Conchita fue nombrada directora interina de la propia escuela Superior, y años después recibe el nombramiento de directora efectiva y profesora de materias especiales. La profesora conchita continúa preparándose en la escuela Normal que funcionaba en aquella época en el territorio sur, ampliando sus conocimientos para hacerlos llegar a la niñez que estaba a su cargo. En la segunda década del siglo pasado, fundó la Escuela Primaria Particular “Fiat Parroquial Luz”, en donde trabajaban las profesoras María Gallo de Ballín, y Lucila Ríos Márquez. Escuela que fue cerrada por motivo de las persecuciones. Luego, la señorita conchita entró a trabajar como secretaria al Tribunal Superior de Justicia y en la Escuela Normal para Maestros, así como daba clases de gimnasia en algunas primarias….continuará

            Cuando se cerró el Tribunal Superior de Justicia, la profesora Conchita entró a trabajar algunos años como secretaria en las oficinas de La Perla de La Paz, y daba clases particulares a algunos niños, entre ellos a los hoy empresarios de reconocido prestigio, a los hermanos Ruffo Azcona. En 1938, llegó a La Paz a gobernar el Teniente Coronel Rafael M. Pedrajo, quien fue constituyente de la constitución de 1917, le acompañaba su esposa y dos hijos Rafael y Concepción, quien preocupado por la educación de sus hijos, preguntó si no había escuela particular, y no faltó quien le dijera de la amplia trayectoria educativa de la señorita Concepción Casillas Seguame, y de inmediato fue a su casa a proponerle a creación de una escuela particular. Para lo que ella aceptó y fundó la escuela particular incorporada 20 de Noviembre de 1910, de gran prestigio en La Paz, la que inició operaciones el 1 de septiembre de 1940, formando generaciones de niños que hoy peinan canas y entre los que se recuerdan de los fundadores que aun viven  Lic. Héctor Castro Castro, Aida y Raúl Vonborstel, Lupita y Rosita Isáis, Irma e Ivette Olguín, Nena Tuchman, Yolanda López, Rafael y Concepción Pedrajo, María Luisa de Santana, entre otros.  La escuela 20 de Noviembre concluyó sus operaciones a inicios de los años 70.


            El 1 de enero de 1946, llegó a La Paz en el barco “El Araguan” a gobernar el territorio, el general Agustín Olachea, quien formó su gabinete con gente nativa de este territorio, y trajo en su programa fundar escuelas especiales de carreras cortas. En ese tiempo fue delegado de Educación el profesor Jesús Castro Agúndez, naciendo el 1 de septiembre de 1947, la escuela de enseñanzas especiales numero 27, donde la señorita Conchita, fue fundadora, y desde sus inicios figuró como directora hasta su jubilación en 1971, aunque toda su vida cobró sueldo de subdirectora, a pesar que tenía cargo de directora. La plantilla de maestros fundadores, fueron: Estela Piñeda Santana, Rosa María Sánchez de Torreblanca, Doctor. Francisco Cardoza Carballo, Emilio y Gilberto Mendoza, Lorenzo López Gonzalez, Leonor Castro Brau, José María García Lugo, Licenciado Manuel Torre Iglesias, José Torre Iglesia, Alfredo Green Gonzalez, Consuelo Batís Ríos, Rebeca Cosío Camacho, Humberto Muñoz Zazueta, Rodolfo Navarro Ojeda, Ema Osuna, Julia García, Ramona Agruel de Santana, Aurora de los Angeles Cuenca, Alejandrina, Angelita y Susana Cota Carrillo, así como Luis Rodríguez Chávez, quienes impartían las diferentes materias. Mención especial merecen asimismo, las señoras que prestaban sus invaluables servicios de intendencia, doña Ignacia Aguna de Estrada quien fue una artista de las manualidades y a quien cariñosamente le llamaban Nachita, y Justina Espinoza.

            Las señoritas graduadas de la primera generación 1947 – 1950, cuya relevante ceremonia fue en el Teatro Cine Juarez, de la carrera de secretaria: Gloria  Ruiz Castro, Dolores Famanía Chávez, María de Jesús Pérez, Rosario Castro Castro, Yolanda Avilés Hirales, Gloria Fiol Gonzalez, Cecilia Gastelum Romero, Mercedes Cosío Cota, Alicia Zavala Díaz, Lidia Pereira Noriega, Josefina Avilés Flores y Columba Martínez Beltran. De la carrera de corte y confección: María del Carmen Romero Lucero, Inocencia Avilés Flores, Alicia Rodríguez Cota, Emma Siqueiros, Lucia Espinosa, Beatriz Cortés Uribe, Lucina Hall y Beatriz Santana Lerma. La señorita Conchita les daba alojamiento en su propia casa a señoritas de escasos recursos que tenían inquietud y necesidad de superarse, procedentes de diferentes lugares del territorio, principalmente Villa Constitución, Todos Santos, Los Planes, San José del Cabo, y rancherías aledañas, llegando a hospedar hasta doce muchachas. Con la finalidad de que las alumnas estuvieran mejor preparadas, invitó al contador Ebodio Balderas para que impartiera materias de contabilidad, calculo mercantil y documentación a quien ella pagaba de su bolsa, así como pagaba también por muchos años la renta de algunos locales para que las muchachas recibieran clases, ya que el presupuesto que recibía era muy poco, y mucho el entusiasmo de las muchachas por estudiar y cada vez aumentaba el grupo de estudiantes.

            Todavía queda en pie el antiguo caserío de la señora Monroy y otros locales que fueron la escuela Enseñanzas Especiales Numero 27 donde se prepararon generaciones de señoritas en las carreras de taquimecanógrafas y de corte y confección. En el año de 1950 el gobierno del general Olachea convocó a un certamen para elegir el traje regional, el que se llevó a cabo en el antiguo kiosco del malecón. La profesora conchita tuvo la idea de cómo fuera, y le indico el proyecto al doctor José Torre Iglesia quien hizo el bosquejo del vestido de la flor de pitahaya para el concurso. La profesora Alejandrina Cota lo realizó, y doña Ignacia Aguna de Estrada elaboró las flores y todos los adornos del hermosos traje Flor de Pitahaya, y quien lo modeló, fue la señorita Matilde avilés, traje que salió ganador, quedando instituido como el traje regional de Baja California Sur. También la señorita conchita fue la creadora de la letra de la canción de la flor de pitahaya, y el profesor Gilberto. R. Mendoza le compuso la música. En 1962, la escuela Enseñanzas Especiales No. 27, se transformó  en Escuela Industrial y Numero 27, siendo mixta, dándoles oportunidad a los varones también, y la profesora Conchita fue ratificada como la directora de la misma. El 1 de noviembre de 1967, le entregan el nuevo edificio, y a mediados del mismo mes inicia operaciones el personal y alumnado. En 1971, la profesora Conchita recibe su jubilación después de toda una vida de entrega a la niñez y a las juventudes, quedando como director de la institución el profesor Ebodio Balderas.

            La emérita maestra, Concepción Casillas Seguame tuvo la satisfacción de ver que a la biblioteca de la escuela se le pusiera su nombre en 1972. Y en 1985 como reconocimiento a sus relevantes méritos, el gobernador del Estado, Alberto Andrés Alvarado Arámburo, en el mes de marzo develó la placa donde a partir de esta fecha, la escuela secundaria Técnica numero 1 lleva el nombre de la insigne maestra Concepción Casillas Seguame y que dirigió dignamente el Lic. Ángel Ortiz Vargas; y en la actualidad el profesor Francisco Romero Martínez. La madre tierra, cobró su tributo. Una mañana de primavera, quince de marzo de 1993, a la edad de 107 años, la profesora Conchita quedó dormida para siempre. Sus restos reposan el sueño eterno junto a su inseparable hermana Soledad.

            Entre el alegre trino de los ruiseñores, los querubines elevaron al cielo el alma de Conchita, quien seguramente les iba recomendando... “tienen que prepararse en la vida, tienen que ser cada vez mejores...tienen que”. Aunque fue su voluntad de que sus restos no fueran removidos, SIMBÓLICAMENTE  debe de estar ocupando un lugar en la rotonda de los sudcalifornianos ilustres una placa con su nombre y todas sus virtudes, para que las generaciones nuevas sepan quien fue la ameritada maestra.

…Maestra de vocación tenías que ser…eslabón del conocimiento prodigado generosamente en generaciones de jóvenes del ayer, de hoy y del mañana…



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viernes, 21 de abril de 2017

            LA PAZ QUE SE PERDIÓ.
POR MANUELITA LIZÁRRAGA.
“ROSAURA ZAPATA CANO... ESCRIBIO CON AMOR Y ESFUERZO LAS PAGINAS DE SU TRASCENDENTE E HISTORICA EXISTENCIA”.

·         FELICIDADES A TODAS LAS EDUCADORAS DEL ESTADO Y DEL MUNDO ENTERO QUE CON SU APOSTOLADO VAN ABRIENDO SURCOS EN EL CEREBRO DE LOS NIÑOS Y NIÑAS, SEMBRANDO LA SEMILLA DE LAS PRIMERAS LUCES DEL CONOCIMIENTO…

·         FELICIDADES EN ESPECIAL A MI HERMANA LIC. EN EDUCACION PREESCOLAR SANTA LIZARRAGA ARMIJO.



En completo abandono se encuentra la casa donde nació en esta ciudad de La Paz en Fco. I. Madero esquina con Morelos, en el barrio del esterito, un 23 de noviembre de 1876 la ilustre sudcaliforniana ameritada maestra señorita Rosaura Zapata Cano; hija primogénita del matrimonio formado por el capitán Claudio Zapata y Elena Cano. El edificio en mención demuestra la apatía y poco interés de las autoridades correspondientes, por conservar los edificios históricos donde vivieron personas que se entregaron y dieron tanto de si mismo en beneficios de los demás, sin pedir nada a cambio; como lo fue la obra sin precedentes de la educadora Rosaura Zapata que abrió la senda del saber en la educación preescolar instituyendo los primeros jardines de niños a nivel nacional, e internacional haciendo surcos en su largo peregrinar en la docencia de entrega absoluta a la niñez mexicana. A opinión generalizada de varias madres de familia, dicen que desde hace varios años que el edificio esta abandonado. Que deberían de hacer una biblioteca infantil, una escuela de danza, o algo por el estilo enfocado a los niños de preescolar en honor de quien fue la ilustre maestra Rosaura Zapata Cano.

 Al pasar frente a la ruinosa casa en Madero y Morelos donde vió la luz primera la que dejó a la posteridad un vigoroso y noble ejemplo de laboriosidad,  no resistí la tentación de acercarme, palpar sus paredes y desvencijadas puertas y sentir el pasado, y al voltear al techo me imagine la cuna de cacaixtle colgando de las vigas mecida por la amorosa madre arrullada por graznar de gaviotas, el vaivén de las olas y el murmullo de palmeras,  y dentro de la cuna, la niña Rosaura, sonriente, y en su tierna mirada el fulgor de la inteligencia que iluminaría la senda  por donde transitaría la niñez mexicana, en  aquel ambiente familiar de álgidos tiempos revolucionarios en que don Claudio Zapata lucho al lado del general Manuel Marquez de León y Clodomiro Cota, entre otros patriotas sudcalifornianos en contra del régimen porfirista destacando en sus luchas en Todos Santos y el Triunfo. En esas paredes de ladrillos elaborados seguramente por los yaquis del Esterito y piso de tierra, entre tiros de escopetas y chirriar de carretas quedaron plasmadas los llantos y risas de las tiernas travesuras de Rosaura, así como los sobresaltos, penas y alegría de doña Elena cuando por las prolongadas ausencias de don Claudio motivado por la revolución  tenían que quedarse sola con la niña.
En aquel tiempo el mar reventaba sus olas entre las palmeras y paredones, y ésta pavimentada bajadita de la calle Morelos rumbo al mar fue una veredita por donde seguramente la madre y la niña bajaban a la orilla del mar donde abundaban las ostras perleras e infinidad de peces que doña Elena sacaba o adquiría de los pescadores para el alimento diario; mientras que la niña recogía en las níveas arenas de la bahía de La Paz conchitas y caracoles y jugaba rondas infantiles sin faltar desde luego el viejo pescador quien mientras tejía la red, a la niña contaba cuentos y leyendas de piratas y tesoros acrecentando la imaginación de Rosaura. Por los años de 1882. Seis años tenía la niña cuando doña Elena tomó la acertada decisión de trasladarse a la ciudad de México para reunirse con su esposo el que tuvo que salir de esta ciudad, forzado por la situación política de la época y donde Rosaura cursó brillantemente la educación primaria. Los años pasaron y las ilusiones afloraron en el joven corazón de Rosaura...pero fue mas firme su anhelo y propósito por ser alguien y poder ofrecerle a sus padres una vida mejor; pero la fatalidad enlutó su corazón con la muerte de su padre acaecido el año de 1893 cuando apenas ella tenia 17 años.

Con grandes dificultades económicas Rosaura ingreso a la Escuela Normal Para Profesores, recibiéndose como Profesora de Educación Primaria en 1898. Después de toda una trayectoria dentro del magisterio, en 1947 se le nombra directora general de Educación Preescolar y en 1948 se le festejaron sus bodas de oro como profesionista, otorgándosele una condecoración por sus cincuenta años de servicios en la educación nacional, donde conmovida Rosaura Zapata expreso:
            “La emoción mas grande después de cincuenta años de haber recibido el titulo de maestra, es ver que los esfuerzos que dicta el corazón, son siempre coronados por el éxito”; y agrego “ayer pusimos la semilla del jardín de niños; hoy es esta institución el jardín de nuestra patria, que fructificara para el progreso y el bien de ella”. La medalla de oro que recibió la maestra fue donada por todos los jardines de niños de la República Mexicana. En 1952 Rosaura Zapata recibió la medalla Ignacio Manuel Altamirano por cincuenta años de ejercicio docente, en 1954, año en que se jubilo, el senado de la República le otorgo la medalla Belizario Dominguez en reconocimiento a sus altos méritos educativos

Un día de Julio, maravillosamente soleado, lloraron los niños de México, gotas claras como perlas finísimas  - de dolor infinito, de azoro increíble, de impensados desencantos -, surcaron las mejillas infantiles con sorpresivo rocío mañanero que se diluyó en diminutos y límpidos arroyuelos.

            Junto a la milpa crecida y la mazorca dorada, un pequeñín triste elevó interrogante su carita, hacia el infinito. Cabe la rústica cabaña, en alta serranía, otro imberbe abrió la puerta de carrizos entrelazados y sintió el helado soplo de una rara angustia. En el amplio valle, sobre el surco fecundo que alza el milagro de verdes trigales, uno mas se sintió solo y abandonado. Y en la arenosa costa bajo un cálido cielo y frente al rumor cadencioso del oleaje, entre pupilas niñas interrogaron en vano al mar y se perdieron en el horizonte ilimitado.

            Los niños de México lloraron. Porque solo ellos, niños al fin, viven el sueño de los gnomos y las hadas, que lloraban porque tornó verdaderos sus sueños. Hada que les llevó alegrías entre cantos, juegos danzas y cuentos. No volvería más el hada que llegaba con el día en la clara mañana. Que era, esperanza y redención. Como un viento suave y apacible esperaba aura. Que abría una dulce sonrisa, suavemente, como abre sus botones una rosa. En su nombre se conjugaba el doble milagro. Se llamaba Rosaura.

           
Zapata, la educadora impar, en el amplio valle en la alta  montaña.
           
En la prolongada costa, bajo todos los cielos sobre todos los agros de la patria., fue en verdad suave viento, perfume delicado, gorjeo dulcísimo y maternal entrega.
           
            Ella vino  del reino del ensueño, y de la poesía, para hacerse carne terrenal y doliente. Abrió los ojos a la vida, allá lejos, en un confín de México: la california del Guaycura. Tierra del sol y desierto, de ternura y de amor, de perlas y de peces, de estrellas y de mitos. De La Paz, fantástica y legendaria, trajo mensajes de paz, de armonía y de belleza. Hada al fin, nos derramó generosa durante sus largos 87 años, que no alcanzan a sumar pobres y comunes mortales.

            Embelesó a los párvulos. Fue, como dijo el Poeta Jaime Torres Bodet, el símbolo vivo de una esperanza conmovedora para la felicidad de los niños. Ella lleno de infantes nuestros jardines, hizo escuela propia, conmovió a los hombres con su vida y con su obra y, como señalo el maestro Celerino Cano, atenta al porvenir inmediato, contagio a todos con su pasión por el México niño.

            De su inspiración y de su esfuerzo, saben bien los niños y los hombres. Tan inspirada que cuando sus ojos ya no veían a los niños, su corazón los sentía muy cerca de la razón primordial, profunda y lúcida de su ser. Tan esforzada, que tras fundar los jardines de niños que llevaron los nombres de Federico Froebell Y Enrique Pestalozzi, recorrió primero, las poblaciones de los Estados Unidos para aprender la organización y funcionamiento del  Kínder Garden y después de Europa, toda Alemania, Suiza, Francia, Inglaterra y Bélgica para estudiar lo relacionado con la educación de los párvulos. Se perfecciono en la Universidad Autónoma de México, a través de las cátedras de sociología, psicología y ciencia de la educación. Y logró finalmente la Escuela Nacional de Educadoras. En tanto, ocupaba numerosos cargos y desempeñaba graves funciones como miembro del Consejo de Educación Primaria, del Consejo Técnico de la Escuela Nacional de Maestros y del Consejo Nacional de Maestros y del Consejo Nacional de la Educación. Y aun se daba tiempo para concurrir, como representante de la Secretaria de Educación, a numerosos congresos mundiales sobre la enseñanza. Hizo de su vocación un culto. Quemo sus pupilas en el estudio, sacrificó diversiones y todo lo que pudiera ser felicidad para ella para dedicarlo a la niñez mexicana que fue todo su mundo. Fue una mujer indispensable en el momento histórico de México que le tocó vivir y hacer del sistema de jardines de niños los cimientos sobre los que descansa la educación nacional. Se dió tiempo para escribir varios libros dedicados a la educación preescolar, entre ellos: “tres libros de cantos y juegos para jardines de niños”; “cuentos y conversaciones”; “libro de rimas”; “la educación preescolar en México”; “técnicas de jardines de niños”. Su nombre esta grabado con letras de oro en el Senado de la República, para orgullo de todos los mexicanos.

            Amó a su pueblo niño, profundamente. Y su pueblo maduro la veneró como diosa de infinita sabiduría.

            A Rosaura Zapata no la alcanza la bíblica sentencia Anatematizante: ella salió del pueblo y torno a su pueblo. Vive eternamente en el corazón de los niños, los hombres y las mujeres de México. Es ya como ha dicho la Maestra Emma Olguín, una heroína civil, de la gran batalla educativa.

            Rosaura Zapata Cano seguirá siendo aura limpia y rosa Inmarcesible. Rosaura Zapata Cano, murió en la ciudad de México en 1963 a la edad de 87 años, donde fue sepultada y respetando su voluntad de que su cuerpo descansara en su tierra natal, sudcalifornia, el 23 de noviembre de 1988 los restos mortales de la ameritada maestra Zapata fueron sepultados en la Rotonda de los Sudcalifornianos en esta ciudad Capital.



…Por el placer de escribir…Recordar…Y compartir…


PD: Fuente Dr. Francisco Javier Carballo Lucero…historiador y cronista.       +
       El ameritado maestro, escritor y poeta Néstor Agúndez.       +
       La ilustre sudcaliforniana periodista, escritora y poeta Dominga G. De Amao.       +


Esta semblanza fue publicada hace más de 15 años en los prestigiados medios: El Sudcaliforniano, Revista Compás, y en el programa de contacto directo en radio y televisión canal 10.