viernes, 9 de junio de 2017

LA PAZ QUE SE PERDIO
POR MANUELITA LIZARRAGA


“LOS MILAGROS DE SAN ANTONIO DE PADUA...EN SU VIDA TERRENA...SAN ANTONIO DEL ZACATAL “

·         DON ROSARIO SADOVAL TRAJO AL SANTO SAN ANTONIO A LA PAZ POR PRIMERA VEZ, FUE REGALO DE SU HERMANO...Y JUNTO CON SU ESPOSA DOÑA JOSEFA CARLON DE SANDOVAL FUNDARON “EL ZACATAL” HACE  MAS DE DOSCIENTOS AÑOS.
·         SE CUENTA QUE FUE EL ASENTAMIENTO HUMANO MAS ANTIGUO DE LA PAZ...QUE LOS PADRES JESUITAS ALLI FUNDARON LA PRIMER MISION, PERO POR LAS HOSTILIDADES DE LOS GUAYCURAS LA CONSTRUYERON MAS ALLA, INCLUSO, DICEN, QUE TODAVIA EXISTE EL POZO  DE AGUA DULCE HECHO POR EL PADRE JUAN DE UGARTE.
·         LA MISION DE LA PAZ O LA CAPILLA DE LA LOMA, COMO SE LE CONOCIA, Y SAN ANTONIO DEL ZACATAL, Y LUEGO LA ANIMITA FUERON LOS PRIMEROS TEMPLOS DE FE EN LA PAZ ADEMAS DE LA LOGIA AMAZONICA...YA EN OTRA EPOCA, LO FUE EL SANTUARIO DE SANTA MARIA DE GUADALUPE.



Decía don Siriano Sandoval (QEPD), que le contaba su abuelo que don Rosario Sandoval al ver el santo tan bello y milagroso pensó que debía de ser conocido y venerado por mucha gente para que éstos recibieran sus beneficios....y tomó a San Antonio y se lo hecho al hombro, y salió del Zacatal rumbo a La Paz,  para donarlo en la capilla de la loma, como se le conocía entonces a la Misión de La Paz...y que de repente sentía Don Rosario un cansancio muy grande, el santo se volvió muy pesado al grado que ya no podía caminar, y llegó hasta donde estaba un mezquitón y le preguntó al santo que si que le pasaba que el quitara ese cansancio tan grande...y de pronto todo se le quitó....levantó la vista al cielo y el santo ya no lo tenía en el hombro, estaba éste en la cumbre del mezquitón, y Don Rosario comprendió que San Antonio no quería salir de allí....y le construyó su capilla en ese mismo lugar, con su ceremonia y todas sus tradiciones y costumbres que se han celebrado desde entonces a través de los siglos, donde la gente fervorosa acude a adorarle y pagar sus mandas.


“El santo San Antonio, según la historia, fue el primero de su religión que leyó teología, o sagradas escrituras, en las ciudades de Monpeler, Francia; Polonia, Padua e Italia, predicando la palabra del señor Jesucristo, la que estuvo plagada  de milagros llamándoles con razón el gran Taumaturgo. Decía la abuela que una vez, disputando con un hereje obstinado llamado Bonibilio, lo convenció San Antonio con un milagro que causó gran admiración. El hereje tenía una mula encerrada desde hacía tres días y sin comer. El santo, después de haber dicho misa, llevó la hostia consagrada con gran acompañamiento y reverencia. Mandó traer la mula hambrienta y hablando con ella le dijo: “en nombre de aquel señor, a quien yo, aunque indigno, tengo en mis manos, te mando que vengas luego a hacer reverencia a tu creador para que la malicia de los herejes se confunda y todos entiendan la verdad de este altísimo sacramento que los sacerdotes tratamos en el altar, y que todas las criaturas están sujetas a su creador

            San Antonio mientras que decía estas palabras a la mula, el hereje le daba cebada al animal para que comiera, pero ella tenía más conocimiento que él, la mula se arrodilló sin hacer caso de la comida y se postró delante del altísimo sacramento adorándolo y reverenciándole como a su creador señor. Con este tan evidente milagro, quedaron todos los católicos consolidados y los herejes rabiosos. Y su principal maestro el dueño de la mula, convertido a la fe católica”.

            Contaba la abuela que otro de los milagros que en su vida terrena realizó San Antonio fue que estando una vez el santo en la Ciudad de Rímini donde había muchos herejes, queriendo San Antonio predicarles y convertirlos al conocimiento de la verdad, éstos cerraron sus oídos y no lo quisieron escuchar. Entonces fue el Santo a la rivera del mar que estaba cerca de ahí y con gran seguridad y confianza en el señor Jesús, llamó a los peces para que lo escucharan, diciéndoles: “oídme” vosotros, pues estos herejes no me quieren escuchar”. Fue maravilloso que a estas palabras vino una muchedumbre innumerable de grandes, medianos y pequeños peces. Y levantaban del agua las cabezas con gran atención y sosiego. Los peces comenzaron a oír la palabra de Dios, y San Antonio llamándolos hermanos les hizo un sermón de los grandes beneficios que habían recibido de Dios, de las gracias que le habían de dar ellos y cómo le habrían de servir. Acabado el razonamiento, los peces bajaron sus cabezas recibiendo la bendición y luego se marcharon. Todo el pueblo estaba presente quedando atónito y los herejes cayeron rendidos a los pies de San Antonio, suplicándole que les enseñara la palabra de Dios.

            Continuaba contando la abuela que, otro de los tantos milagros de la vida terrena de San Antonio. Al padre del santo lo acusaron falsamente de haber dado muerte a un hombre, y estando ya para ejecutarle en la sentencia de muerte, San Antonio, que estaba en Padua, supo por revelación de Dios el peligro que su padre corría. Dios se lo reveló. Y el mismo con estupendo milagro hizo que lo librase porque al día siguiente lo puso en Lisboa delante del corregidor a fin de que renovase la sentencia, no quitando la vida al inocente. Y como el corregidor vacilaba en revocarla, entonces el santo resucitó al muerto y delante de la justicia le preguntó si al que iban a ajusticiar tenía la culpa en su muerte, y éste le dijo que no. Y no quiso preguntar al resucitado quien le había muerto,  como pretendían los ministros de la justicia, porque el no había venido a condenar al culpable, sino para librar al inocente como lo era su padre.

            Por aquel tiempo, conociendo San Antonio que se acababa ya el tiempo de su peregrinar en la tierra, y se acercaba el premio se retiró con dos compañeros de vida perfecta a un lugar solitario. Estando en el, sintió interiormente que le llegaba el momento...recibió con singular emoción al señor. Recitó con los frailes los siete salmos penitenciales y dijo por si solo a nuestra señora el himno ¡Oh, gloriosa Domina!, por cuya intercesión vio a nuestro señor Jesucristo y hablando dulcísimamente con él San Antonio expiró a los 36 años de edad, de los cuales quince estuvo en casa de sus padres, once en la orden de los canónigos seglares de San Agustín y diez en la orden de los frailes menores. El mismo día que murió queriendo los frailes cubrir su muerte para poderle enterrar en su iglesia sin contradicción de la ciudad de Padua (que lo tiene como su hijo y  patrón),  los niños y muchachos de ella, comenzaron a andar por toda la ciudad movidos por la mano de Dios, dando voces diciendo “muerto es el santo”, por cuyas voces toda aquella ciudad se espantó y entendió que San Antonio era ya muerto. Un año después en 1232, le canonizó el Papa Gregorio Decimo.” A través de los siglos son muchos los milagros que el santo de la salud y de los enamorados ha realizado, y aquí en La Paz era el médico de cabecera y el abogado de los enamorados de aquellos tiempos....El Zacatal de San Antonio, es un lugar de leyenda. 

Por el placer de escribir…Recordar…Y compartir…



*Esta crónica fue publicada hace más de 15 años en el periódico sudcaliforniano, revista compás, en el programa de radio contacto directo XENT radio La Paz*


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