martes, 4 de julio de 2017

LA PAZ QUE SE PERDIO
MARIA DE JESUS…Y YO… HERMANAS INSEPARABLES
POR: MANUELITA LIZARRAGA
·         MARZO DEL 45…LLEGO LA FAMILIA LIZARRAGA ALCARAZ A LA PAZ.


La pequeña manita de María mecía la cuna de cacaixtle trabado que pendía de una soga amarrada a la viga del techo de la antigua casona de piedra gris al otro lado del río “la peña hueca” en el poblado de Siqueros Sinaloa, mientras que la bebé su hermanita Mela vestida con el hábito del Santo Niño de Atocha, y con escasos días de nacida, dormía plácidamente arrullada por el chirriar de la cuerda sobre la viga, el alegre trino de los pájaros canores y el murmullo de las cristalinas aguas del río “la peña hueca” crecido en ésa época del 44, y en sus orillas de blancas arenas la joven madre la señora Juanita Alcaraz Gárate de Lizárraga y la sabia abuelita doña Santana Tiznado de Lizárraga lavaban la ropa en una piedra como era la costumbre, y sus hermanitos mayores: Conchita, Anita y Carlos, se bañaban en las frescas y cristalinas aguas de “la peña hueca”, mientras que su padre en plena juventud aún, don Bernardo Lizárraga Tiznado sacaba langostinos en las caídas de agua entre las peñas, lo que sería el alimento para la familia entre otras cosas, en aquel añorado ayer entre nopaleras y ciruelares.
Mazatlán tierra del ágil y veloz ciervo… acogedor y cálido rincón de México, dónde su riqueza además de sus gentes provenían en la antigüedad a decir de los mayores de sus ricas minas, Pánuco, el tajo, el rosario, entre otras inundadas de betas de oro y plata los que eran transportados en barras, en grandes vapores de aquella época hacia el macizo continental y otras partes del mundo.
Mazatlán… nostálgica tierra de mis ancestros que sobrevivieron a tantas calamidades de la época y persecuciones cristeras que se vivieron en todo el país así como revoluciones, invasiones, enfermedades, y la peste bubónica de 1906. Contaban los antiguos que la cálida tierra, la perla más bella del pacífico estaba construida al pie de un elevado promontorio sobre un banco arenoso extendido alrededor de una gran laguna protegida del mar abierto por solidas islas de piedra de forma cónica, dónde las embravecidas olas revientan su soberbia. Tierra del venado, de gente franca, honrada, de mano extendida y trabajadora acostumbrados a fijarse metas y vencer retos, tierra de comerciantes y empresarios.
País del ciervo… Mazatlán evocadora tierra de la música y el romance de afamadas bandas y orquestas como la del recodo de mi tío +Cruz Lizárraga+ entre otras. Evocadora tierra que vio nacer a mis tatarabuelos, bisabuelos, abuelos, mis padres, a mis hermanos y yo; orgullosamente sinaloense por nacimiento, y súper orgullosamente sudcaliforniana por adopción. La vida en Mazatlán en nuestra primera infancia era sencilla, placentera y feliz… mi padre dedicado a la agricultura y al comercio, y mi madre en el hogar al cuidado de los hijos en compañía de mis abuelas como era la costumbre, y mi hermanita María y yo éramos las más chiquitas siempre dormíamos juntas, ella se sentía grande e importante decía mi madre, porque me cuidaba.
El histórico y legendario de la marina mercante “el blanco” surcaba las embravecidas olas de Mazatlán a La Paz, transportando a mis adoradas e inolvidables tías: María, tía Güera, y Jesús, tía chuy hermanas mayores de mi padre, eran unas matriarcas, mujeres de arrojo, trabajadoras y visionarias. Con el anhelo de prosperar y de lograr una mejor vida se vino a esta hermosa tierra de promesas cumplidas, La Paz, a principios de la década de los 40, y sepultaron sus raíces en ella para siempre; gracias a mis queridas tías estamos en este hermoso girón de la patria, la perla más bella y codiciada… La Paz… primero se vino mi tía María con una familia de la fuente, con su niña chiquita mi querida prima Mila, venía como ama de llaves y vivieron dónde fue la nostálgica nevería la flor de La Paz, de gratos y romanceros recuerdos con la exquisita nieve de garrafa, fundada en 1937 por doña Heber, y ahí fue una zapatería. Al ver mi tía María que había mucho trabajo y estaba tan linda La Paz se trajo a mi tía Chuy recién viuda que también traía a su niña chiquita mi adorada prima Haydeé; luego mi tía Chuy se casó con Don Willibaldo De la Peña y se trajo a mi padre a trabajar con él; después mi tía Chuy mandó por nosotros: mi querida madrecita doña Juanita, mi adorada abuelita, y mis hermanos; 24 años tenía mi madre y ya había tenido seis hijos Lupita murió de tres años, Conchita la mayor, Anita, Carlos, María de Jesús y yo Manuelita (Mela).
Yo debo mi nombre Manuela, a una donación al Santo niño de atocha pues yo nací el viernes 4 de Julio, día del refugio, día de las mulas en 1944 a las cinco de la tarde al otro lado del río “la peña hueca” allá en Siqueros Sinaloa. Resulta que mi madre se golpeó el vientre con la punta de una mesa dónde yo estaba en gestación y se hizo una pompa negra y creían que iba a perder a la criatura, y bisabuela Chona que era partera y devota del Santo niño de atocha, me prometió al Santo en donación; que si era niño me llamaría Manuel y si era niña me llamarían Manuela, y desde luego salí niña y traje el hábito del Santo niño de atocha desde que nací hasta cumplir un año como era la promesa… y tu María hermosa naciste el 5 de Octubre de 1942 al otro la del río “la peña hueca” en la misma casa dónde nacimos todos mis demás hermanos con la misma partera que nos trajo al mundo, en una cama de lías de cuero, mi bisabuela Chonita Lizárraga Zataraín.
Mi querida tía güera, tía María en una de tantas visitas que le hice cuando ya estaba muchacha me enseñó la fotografía de cuando llegamos a La Paz y me hizo la siguiente observación “esta foto te la voy a heredar; estás en los brazos de tu madre cuando llegaron aquí a La Paz, venias con el hábito del Santo niño de atocha bajo el abrigo rojo, que no se ve, pero tu mamá tiene los cordones enredados en los dedos ahí se ven”. Benditas sean mis tías y Dios las tenga en la gloria y mi adorada madrecita nos decía… “deben de querer y respetar a sus tías María y Jesús porque gracias a ellas estamos en esta tierra de Dios… La Paz… y tu hermosa mariquita debes tu nombre en honor a mis tías… María de Jesús” 
…y en los años aquellos el barco mercante “Edna Rosa” alias la señorita… rompía las cristalinas aguas rumbo a la bahía de La Paz…

…Por el placer de escribir…Recordar…Y compartir…







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