sábado, 15 de julio de 2017


LA PAZ QUE SE PERDIO.
POR MANUELITA LIZARRAGA.

“EXTRAVIADOS EN LA SIERRA EL DIA DEL ECLIPSE TOTAL...UN ESPECTACULO QUE ASOMBRO AL MUNDO ENTERO”.


           
            Ya se acercaba el momento sublime...eran las 11 de la mañana con 35 minutos del jueves 11 de junio de 1991 cuando empezó a operarse el espectacular fenómeno que asombro al mundo entero...el ambiente se sentía expectante... de pronto se nubló tornándose en un color gris perla, como si fuera a llover, las hojas de los arboles se miraban en el suelo como medias lunas...la temperatura empezó a descender de 34 grados a 29 grados centígrados...sentíamos miedo a lo desconocido y a la vez estabamos asombrados por el cambio en el ambiente...desesperado, el jinete fustigaba la bestia que tiraba la carreta que nos conducía y dentro de ella dando tumbos, entre las mazorcas y el zacate, con gran ansiedad divisábamos el gran pino, el molino de viento del rancho el Tepetate.

            Por la emoción, sentía correr el torrente de sangre hirviente por las venas de mi cuerpo...con los vidrios ahumados a la antigüita, por si acaso, íbamos preparados para ver el eclipse solar tan esperado...a las 11 de la mañana, con 46 minutos y 26 segundos, ya íbamos entrando al rancho el tepetate, cuando la Luna cubrió totalmente al astro rey...!fue un espectáculo maravilloso!, único en la historia mundial...gran actividad se miraba en el disco solar con su corona estructurada...4 grandes estrellas se miraban girando alrededor del disco solar, Júpiter, Venus, Marte, y mercurio, y muchas estrellas mas...un avión giraba también alrededor del fenómeno, quizás iban científicos en el a observarlo...se hizo de noche por casi siete minutos...las luces en el rancho se encendieron, y los gallos tenían una cantadera...las vacas mugían sorprendidas burros y caballos se refugiaban relinchando bajo los arboles, los perros aullaban, los pájaros buscaban sus nidos y con su bello trinar parecían plegarias al creador...en la lejanía, se escuchaba el triste aullar de los coyotes que no lograban apagar el bramido del mar rugiente al reventar sus olas...la familia Carballo Murillo, con gran sorpresa y alegría nos recibieron, en los precisos instantes en que el eclipse total de sol estaba en todo su esplendor y de inmediato nos pusimos a orar, dando gracias a Dios por permitirnos contemplar tal prodigio de la naturaleza.

            Es para no creerse que ese día tan espectacular del eclipse del milenio, el 11 de junio de 1991, cuando sucedió el fenómeno que marco efemérides mundial y especialmente en nuestra entidad nos encontrábamos extraviados en el monte a mas de 100 kilómetros al Norte de la Paz, en la sierra...mis hijos, conchita, manolo, una familiar, Irma Burquéz y su pequeña hija de brazos aun y quien escribe. En esa época trabajaba yo en el Diario Peninsular, hacia tiempo que tenia ganas de conocer el Rancho El Tepetate ya que tía damiana Murillo de Carballo nos invitaba constantemente...aquel día tan esperado a nivel mundial del eclipse solar, estabamos citados todos los periodistas apyreños a la colonia campestre, donde se vio en todo su esplendor el eclipse...vinieron gentes de los cinco continentes a observarlo...así mismo, fue coronada la reina del eclipse solar, la señorita Olga Guadalupe Arias Covarrubias, ante la presencia de mas de 4000 gentes que se dieron cita en dicha colonia campestre...pero yo, aproveche aquel día para conocer el rancho el tepetate y pasar allí aquellos momentos de eclipse solar.

            Eran las 5:30 de la mañana de aquel día tan esperado, 11 de julio de 1991, jueves para ser exactos, tiempos de bonanza comercial en La Paz...cargamos la camioneta y salimos emocionados rumbo al rancho el tepetate con Irma Burquéz como guía, pues yo desconocía el camino...poco antes de la siete de la mañana llegamos al ejido uno, Irma No llevo por un camino equivocado, interminable...la camioneta llego hasta donde ya no había camino y quedo enterrada de punta en un arenal; intentamos escarbar con las manos para desatascarla pero todo fue en vano, ni para atrás ni para adelante. Decidimos dejarla y tratar de encontrar el rancho, no nos quedaba otro remedio en aquella soledad...ya eran las 9.30 de la mañana, y temerosos caminábamos por aquellas pedregosas veredas entre el monte de escaso follaje, con un galón de agua en la mano y una bebe en brazos...el sol inclemente pegaba de lleno en nuestros rostros y temerosos apresurábamos el paso sin encontrar rastros del rancho y ni persona alguna, y con el temor de que nos agarrara el eclipse solos en pleno monte, parecía que caminábamos en círculos.

            “dispénseme”, decía Irma, “es que hace como doce años que no vengo al rancho y se me olvido el camino”, yo nada mas le enseñaba los dientes con una sonrisa desganada...y continuo diciendo, “parece que no avanzamos por que el terreno es parejo y todo el monte es igual”, ojalá que lleguemos antes que suceda el eclipse, le dije, por que me gustaría verlo en el rancho...”en este monte”, dijo ella, “fácil se pierde uno...te voy a contar lo que le paso a mi abuelita Damiana....resulta que hace muchos años, mi abuelo, Don Nicho Carballo salió de cacería a este mismo monte, llevando al niño de 8 años, pero en un descuido el niño se le perdió y lo busco todo el día y no lo encontró. Fue una desgracia para la familia...todos los días salían a buscarlo con la esperanza de encontrarlo y mi abuelita se sentaba con su mirada perdida en la distancia esperando la llegada del niño...y una tarde, regreso mi abuelito con el cadáver ya descompuesto del niño terciado en el caballo...por eso es costumbre que mi abuelita se sienta en el corredor en su poltrona viendo la distancia, esperando quizás ver aparecer de un momento a otro a aquel niño, hijo suyo”.

            Se me pararon los cabellos cuando me contó aquello, y mas me preocupe en aquella soledad andábamos cansados, asoleados, racionando el galón de agua y la gente en el rancho no sabían de nuestra llegada pues quería darles la sorpresa...y andábamos perdidos en la sierra...ya iban a ser las 11 de la mañana y no veíamos nada claro...el panorama empezó a cambiar de fuerte sol, se empezó a nublar, como si fuera a llover, coyotes y gatos monteses cruzaban entre el monte...el ganado que pastaba en el monte estaba inquieto expectante...las culebras, cachorones e iguanas así como las liebres, corrían de un lado a otro como espantadas y nosotros mas temerosos todavía en aquellas soledades con aquel sol inclemente del sol de julio con la incertidumbre que de un momento a otro sucediera el eclipse total de sol tan anunciado y ni una sombra donde guarecerse y ni piedra alguna donde sentarnos. Eran pasaditas las 11 de la mañana, habíamos caminado alrededor de 20 kilómetros cuando en la lejanía divisamos una carreta...con desesperación, y alegría, dábamos saltos, hacíamos señas y gritos para que nos vieran y para nuestra fortuna si nos escucharon. Nos pareció maravillosa la carreta y con ese carácter afable y servicial que distingue a nuestros rancheros sudcalifornianos, paro su carreta y nos tendió la mano, ni tardos ni perezosos nos aventamos al zacate y mazorcas que llevaba en la carreta....pues ¿qué les paso?, dijo el señor caliman, así le dicen...-andamos perdidos y vamos al rancho el tepetate, le dijimos casi a una sola voz. – estamos cerca, dijo el señor, y con gusto los llevo.
Que felicidad y que espectáculo tan maravilloso aquel eclipse total de sol, fue una experiencia inolvidable sin igual.

            Dios me concedió la dicha tan grande de ver el eclipse como yo quería, en el rancho el tepetate, así fue mi llegada por primera vez en pleno eclipse, con esta linda familia Carballo Murillo, familiares de mi esposo, que en medio de esta euforia nos dieron la bienvenida. Doña Damiana Murillo de Carballo (q.e.p.d.), sus hijos Ricardo, Antonio, Beatriz y Margarita así como sus nietos, Felipe, Nicho, Tomas y Mari que se encontraban en el rancho. El perdernos en la sierra fue algo imprevisto pero fue una experiencia maravillosa también. Después del eclipse vino la calma, y de inmediato fueron a rescatar mi vehículo de aquel arenal...la tuvieron que sacar con un tractor y después de pasar un día maravilloso con la familia Carballo Murillo regresamos a La Paz a tiempo para vivir aquella euforia de los habitantes de este bello puerto de atardeceres increíbles los 365 días del año, y que ese 11 de julio de 1991, vivimos dos noches el mismo día, y que cada persona que vivió aquellos momentos de eclipse solar tiene su propia versión.

            El eclipse cubrió una franja de 2,500 kilómetros de ancho por 10.000 kilómetros de largo iniciándose en las islas Hawai hasta Colombia y Brasil, pasando por México y América central. El recorrido de la sombra fue de 15.000 kilómetros y lo realizo en poco más de 3 horas...ya que la sombra viajo a una velocidad de 2.600 kilómetros por hora. Fue el espectáculo mas grandioso y sensacional del siglo que asombro al mundo entero, que a decir de los científicos no habrá otro igual hasta el 8 de octubre del año 2024 y otros opinan que hasta el 2132. Aquí en La Paz se dieron cita 400 astrónomos procedentes de 18 países. Y miles de familias de todas partes del mundo. El campamento científico para la observación fue instalado en la UABCS y en la colonia campestre del periodista con potentes y modernos aparatos, y que los científicos amablemente daban explicaciones a las familias que acudieron a observarlo, y a través de la televisión. Puede decirse que a partir del eclipse total del sol se abrió una ventana al mundo pata el turismo internacional, y con este acontecimiento empezó a crecer Cabo San Lucas.

            El único científico que acudió a la rueda de prensa fue el doctor Teo Jummer quien indico que fue un espectáculo único, que de los 9 eclipse que le ha tocado observar este es el mejor dadas las condiciones climatológicas y que resulto todo un éxito, la temperatura estaba a 34 grados y descendió a 29, dijo así mismo el doctor Teo, que los científicos Rusos hicieron un acopio de dos megavatios de datos y que para su estudio requieren varios meses de análisis; dijo también que se tomo la determinación de hacer una publicación de todos los datos obtenidos del eclipse integrados por todo los científicos y que el libro se hará llegar al Estado para su publicación. ¿Llegaría este libro a su destino?

            ...extraviado en la sierra, caminábamos temerosos el día del eclipse total de sol...que a decir de los científicos no habrá otro igual hasta el 8 de agosto del 2024, o, el 2132.

…Por el placer de escribir…Recordar…Y compartir…


*Esta crónica fue publicada hace 26 años en el periódico sudcaliforniano, revista compás, en el programa de radio contacto directo XENT radio La Paz*


No hay comentarios.:

Publicar un comentario